Las instalaciones solares montadas en el suelo pueden ser potencialmente más rentables en comparación con las instalaciones montadas en el tejado. Hay algunos factores que contribuyen a esto:
1. Instalación simplificada:
los sistemas solares montados en el suelo suelen ser más fáciles de instalar ya que no requieren medidas complejas para la fijación al techo ni posibles modificaciones estructurales.
2. Orientación e inclinación óptimas: Los sistemas montados en el suelo se pueden diseñar para maximizar la exposición solar ajustando la orientación y los ángulos de inclinación, asegurando una captura óptima de la luz solar durante todo el día.
3. Costos de mantenimiento reducidos: los sistemas montados en el suelo generalmente son de más fácil acceso para mantenimiento y limpieza, lo que reduce los costos asociados.
4. Escalabilidad: Las instalaciones en tierra ofrecen más flexibilidad para expandir el panel solar en el futuro, ya que generalmente hay más espacio disponible en comparación con un área de techo limitada.
Sin embargo, es importante considerar factores específicos del sitio, como la disponibilidad de terreno, la sombra, los requisitos de preparación del terreno y los posibles costos adicionales de cableado y excavación de zanjas. La rentabilidad general dependerá de las circunstancias específicas del proyecto.