Los paneles solares pueden aumentar ligeramente la temperatura de un techo, pero el efecto suele ser mínimo y depende en gran medida de varios factores como el clima, el diseño de los paneles y la ventilación. Los paneles solares absorben la luz solar y la convierten en electricidad, pero también reflejan una parte de la luz solar, lo que puede reducir la cantidad de calor absorbido por el techo en comparación con los materiales del techo desnudos.

Una de las ventajas de los paneles solares es que proporcionan una capa de protección y aislamiento para el techo que se encuentra debajo. Actúan como una barrera entre los rayos del sol y la superficie del techo, lo que puede ayudar a reducir la transferencia de calor al interior del edificio y potencialmente reducir los costos de refrigeración. Además, los paneles solares suelen instalarse con un espacio entre la superficie del techo y los paneles, lo que permite la circulación del aire y ayuda a disipar el calor que se genera.

Si le preocupa el posible impacto térmico de los paneles solares en su techo, se recomienda consultar con un instalador solar profesional que pueda evaluar su situación específica y brindarle orientación basada en factores como el estado del techo, la orientación y el clima local.
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